Buenas,
ya comentamos que en los últimos años, además del guindillero teníamos un huerto, pero que durante la primera fase del confinamiento, las humanas que gobiernan desde las ciudades no permitían acceder a ellos aunque fuera infinitamente más seguro que ir a las tiendas a comprar la comida que aquí se estaba perdiendo.
Era tal su desconocimiento que incluso los llamaban «huertos de ocio», como si viniéramos al cine o a tomar unas copas. En fin.
Bueno, pues este era nuestro huerto unas horas antes del confinamiento.
Y esto fue lo que nos encontramos la humana novata y yo, que siempre voy con ella a todas partes, unas horas después de volver a permitir el acceso.
A la humana novata casi se le cae el alma al suelo. Por mucho que lo esperábamos, el disgusto que te llevas no hay quien te lo quite.
Apenas se podía distinguir dónde estaban los bancales de no ser porque la cosecha de invierno se había subido a flor al completo y destacaba por encima de la maleza de los pasillos.
Así que hubo que ponerse manos a la obra, nunca mejor dicho porque meter una desbrozadora ahí tenía el riesgo de cargarse las plantas de los bancales.
Y unas horas de «ocio agotador» más tarde ya podíamos ver los bancales, y sobre todo, acceder a ellos para seguir trabajando.
El bancal sur estaba lleno de coles y prácticamente todas, salvo las lombardas se habían ido a flor.
Había otros problemas secundarios como que el crecimiento exagerado de algunas plantas y de la maleza habían impedido el de otras a las que no les llegaba la luz o estaban asfixiadas por las circundantes.
En el lado positivo, el cultivo de primavera como habas, guisantes y ajos, estaban bastante bien. Así como las fresas, aunque de haber podido hubiéramos plantado más en abril. Será en mayo.
En la semana que llevamos pudiendo ir, la humana novata se ha dedicado sobre todo a tareas de mantenimiento, como limpiar los bancales, arreglar fugas de agua del riego e ir preparando el terreno para plantar y sembrar la cosecha de verano.
La idea había sido adelantarla este año para prevenir las recolecciones tardías que aquí el frío llega pronto y se quedan los frutos verdes en las plantas, pero no ha podido ser.
En próximas entradas veremos cómo vamos evolucionando.
Saludos,
Cayentana